La espinita por la organización surgió en mí allá por 2011, cuando estudiaba la carrera de Turismo. Una de mis profesoras nos mandó hacer una práctica que consistía en organizar un viaje combinado. Al principio, me pareció una tarea bastante tediosa, pero nunca pude imaginar que iba a disfrutar tanto el proceso. Al finalizar la carrera hice mis prácticas en una agencia de viajes, lo que me animó a especializarme en el sector y descubrir el mundo de los eventos.
El "Grado Superior en Agencias de Viajes y Gestión de Eventos" me dio mucho. Amigos, grandes profesores que me inspiraron, pero sobre todo plantó en mí una semilla que nunca pensé que iba a crecer tanto. Mi primer contacto con un evento "real", se dio mientras estudiaba el grado superior. Para llevar a la práctica los conocimientos obtenidos sobre la organización de eventos, nuestra clase decidió organizar unas "Jornadas de Turismo Accesible". Y lo que al principio iba a ser solo eso, una "práctica", se convirtió en algo mucho más real. Sin esperarlo, todos los ponentes, autoridades y prensa aceptaron nuestra invitación a participar en las jornadas, convirtiendo así una simple práctica en un evento real en el que podría demostrar mis conocimientos. Mi función durante el evento, además de la organización previa, fue la de coordinación y gestión del protocolo del evento. Era la primera vez que tenía que coordinar un evento con un equipo a mi cargo, y el resultado fue más que favorable. Sin duda una experiencia único que marcó en mí un antes y un después.
Tras graduarme como "Técnica Superior en Agencias de Viajes y Gestión de Eventos", sentí que algo faltaba. Fue entonces cuando los eventos sociales llamaron a mi puerta. Mis ansias por ampliar conocimientos en el sector me llevaron a la Escuela Internacional de Protocolo donde descubrí el maravilloso mundo "bodil" gracias al "Diplomado Especialista en Wedding Planner". Una de las mejores formas de hacer feliz a la gente con la organización de eventos.
Hasta aquí todo muy bonito, pero de nada sirve tener tanto conocimiento si no puedes llevarlo a la práctica. Tras un tiempo infructuoso en el que nadie me daba la oportunidad de poder desarrollarme dentro de este apasionante mundo, tomé una decisión. Si nadie me daba la oportunidad, entonces la crearé yo. Fue entonces, cuando en 2016, decidí crear mi propia empresa como Wedding Planner. A finales de ese mismo año Sr. Klein. Bodas y Eventos vio la luz. Crear una empresa, no solo me ha permitido llevar a la práctica mis conocimientos, si no que ha supuesto en mí un aprendizaje y conocimiento profundo tanto profesional como personal. He desarrollado conocimientos, no solo como organizadora de eventos, si no como empresaria. Aunque no siempre tomé las mejores decisiones. Como decía Juan Palomo, "yo me lo guiso, yo me lo como". Esa fue mi ley hasta hace poco. Como buena emprendedora y perfeccionista, no me lancé al mundo empresarial sin conocimiento. Me formé en marketing, publicidad, redes sociales, diseño gráfico, posicionamiento web,... Las herramientas clave que me permitirían conseguir mis primeros clientes sin apenas hacer inversión (tampoco es que pudiera hacerla). Tener conocimiento de todo, sin ser especialista en nada, me ayudó a conseguir mis primeros clientes a pesar de no tener muy claro hacia dónde quería focalizar mi empresa. Con los años, mis servicios fueron evolucionando, así como mi experiencia, sin embargo, a pesar del duro trabajo, y salvo alguna excepción, aún no llegaba el cliente que realmente valorase mi trabajo y pagara justamente por él. Esto hizo que me desmotivara y me llevó a pensar que algo estaba fallando. A pesar de tener todos esos conocimientos y seguir formándome, mi empresa no crecía y ese cliente tan ansiado no llegaba. Me di cuenta de la importancia de tener un cliente focalizado e invertir en un equipo que te ayude a llegar a él. Así que no está de más reconocer que para crecer hay que delegar, que la perfección no existe y que es imposible ser especialista en todo por mucho que intentes serlo. Sin embargo, la intención de mejora no es suficiente. Requiere de una inversión por la cual el mundo de las bodas debe esperar un tiempo.
Entre tanto, gracias al baile, una de mis grandes pasiones, en 2018 llegó a mí TEDxGranada, anteriormente conocido como TEDxRealejo, una organización sin ánimo de lucro cuyo fin es la difusión de ideas que merece la pena compartir a través de eventos, que organizados de forma independiente bajo la licencia TED, crean una experiencia similar a las conferencias TED en los que se combinan ponencias con actuaciones artísticas y videos de TEDTalks. Por aquel entonces para mí, TED era un gran desconocido hasta que, Borja, su licenciatario, contactó conmigo para organizar el evento. Siempre me había gustado ver vídeos de charlas de gente inspiradora, pero nunca me había fijado que detrás de gran parte de ellos estaba TED. Para mi TEDxGranada significa la gran oportunidad que nadie me dio. Un lugar en el que poder desarrollarme, crecer, aprender y superarme a mi misma. Me ha hecho darme cuenta de que con voluntad puedo llegar lejos. Tan lejos como TEDxGranada ha llegado. Me siento orgullosa de estar al frente de la organización de un evento que, se celebra año tras año gracias a la voluntad y buen hacer de sus voluntarios. Porque sí, somos una organización sin ánimo de lucro compuesta íntegramente por voluntarios en la que todos los beneficios obtenidos de la organización del evento se destinan única y exclusivamente a este sin percibir sus organizadores remuneración económica ninguna.
A la par que TEDxGranada crecía, llegaba a mi Jardines de Siddharta. Un lugar en el que como organizadora y coordinadora de eventos conseguí superarme en cuanto a la gestión de un amplio volumen de eventos se refería. Un lugar en el sector nupcial volvía a ser el protagonista.
Tras esto, sigo en mi andadura, y si has llegado hasta aquí, habrás descubierto que el mundo de la organización de eventos me apasiona. Me gustaría seguir creciendo y desarrollarme en una empresa a la que aportar valor. ¿Serás tú quién que me dé la oportunidad?